jueves, 16 de julio de 2015

La puerta sin cerradura, Robert Frost

Así pasaron muchos años
Pero, por fin, alguien llamó
Y pensé en la puerta
Sin cerradura para echar llave.
Soplé la luz
Y fui en puntas de pie
Y levanté mis manos
En plegaria a la puerta.
Mas la llamada se repitió.
Mi ventana era amplia;
Me trepé en el antepecho
Y bajé del otro lado
De vuelta por el antepecho,
Respondí: -Entre usted-
A quienquiera que hubiera
llamado a la puerta
Así ante un golpe
Vacié mi jaula
Para esconderme en el mundo
Y cambiar con la edad.

En Poemas. Ediciones Corregidor. Buenos Aires, 1979.

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